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LOS ÚLTIMOS DÍAS EN CHICAGO (USA 1999, DIARIOS DE CARRETERA)


En la puerta del Aragon Ballroom (Chicago) antes de actuar, 24-oct-1999

El 24 de octubre de 1999, 14 días después de haber abierto un concierto para Jaguares ante 7000 personas en el Aragon Ballroom de Chicago de nuevo actuamos - esta vez junto a Fabulosos Cadillacs y Los Rabanes- en ese mítico escenario ante 5000 personas. Tras el éxito allí de nuestra anterior actuación habíamos sido contratados de nuevo. Esta vez fue el manager de los Cadillacs Tomas Cookman quien había dado el visto bueno. Ese fue el origen de una gran amistad con él que fue forjada a lo largo de su colaboración en nuestro posterior devenir norteamericano, tanto con el grupo como después conmigo en solitario.

Por si fuera poco, al día siguiente de la actuación en el Aragon Ballroom con los Cadillacs grabamos nuestro disco en directo “Live in Chicago” en otro lugar mítico, la Sala Martyr´s. Ese disco sería editado en EEUU al año siguiente y seleccionado para los premios Grammy. Hace justo 20 años de todo esto: Recuerdo cómo después de la grabación del concierto en el Martyr´s nuestro productor Jack Letourneau llegó corriendo, con una cinta de cassette en la mano, hasta la furgoneta donde ya nos marchábamos. Era una primera mezcla hecha por él sobre la marcha durante la actuación. La pusimos en ese mismo momento, allí parados en la acera frente al Martyr´s. Y al escuchar no podíamos creerlo. Aquello sonaba de maravilla, con una energía increíble. Nos quedamos estupefactos, y es que mientras habíamos estado tocando apenas nos habíamos dado cuenta de que el concierto se estaba grabando. Era tal nuestra disposición y entrega en el escenario tras tres meses de actuaciones en EEUU, que simplemente salía a través de nuestros instrumentos y nuestra voz toda aquella fuerza que habíamos ido reuniendo peldaño a peldaño, desde aquel caluroso día de mediados de agosto en que habíamos llegado a New York y habíamos hecho aquella primera actuación ante apenas veinte o treinta personas. Y ahí estaba el gran Jack para recoger toda esa energía con enorme maestría en su mesa de sonido.

Nada había sido un sueño, todo era como haber vivido en una constante película de tres meses de duración, pero todo había ocurrido en realidad. Y ahora tras un par de actuaciones más por hacer en Chicago, una de ellas en la Universidad de Columbia, tocaba regresar a New York donde quedaban por hacer un par de actuaciones más de despedida antes de volver a España. La primera etapa de nuestra gran aventura estaba llegando a su conclusión. En aquellos últimos días en Chicago escribí algunas cosas como éstas:

Chicago 31 de Octubre de 1999

Acabo de salir de casa para dar un paseo por el barrio, entre la Archer y la Lyman. Es una mañana maravillosamente soleada de domingo. Como si la primavera, aquí en Chicago, de nuevo se adentrara en el frío otoño del medio Oeste para despedirse de nosotros.

Ahora, en este momento, me encuentro parado en una esquina -la Lyman con la Bloomfield leo- y todo está lleno de hojas secas. Los árboles rojos, amarillos, ocres en sus más diversas tonalidades adornan las calles tranquilas. Apenas circulan algunos coches... me recuerda tanto a nuestro barrio allí en Zaragoza... el Barrio de La Jota, el Distrito 14...

El sol inunda los tejados con luz blanca, americana, mientras las ardillas curiosas se ponen en pie sobre las ramas y las vallas. Todos los ventanales y todos los portales llenos de calabazas y fantasmas y demonios y esqueletos y brujas de mil colores en tela y papel. Y solo hay niños en las calles - con las rostros pintados de blanco y labios negros - que juegan en los jardines y las aceras, vestidos con ropas negras, moradas, túnicas, disfrazados de brujos, diablos y con las sonrisas enormes y sonoras en mitad del silencio mágico en esta parte de la gran ciudad. Quién puede estar más que ellos tan cerca de la magia... y esta noche será mágica, será la noche de Halloween, llena de lucecitas de colores, nuestra última noche en Chicago en esta gira.

Mañana por la tarde tendrá lugar nuestra última actuación de esta gira en esta bella y enigmática ciudad de los vientos y a continuación saldremos una vez más rumbo a New York. Allí también haremos varias actuaciones como despedida... han pasado tres meses desde nuestra llegada, han sucedido tantas, tantas cosas. Recuerdo la agobiante ola de calor en New York aquel 12 de Agosto cuando llegamos, y ya hace más de un mes que tuvimos que proveernos de abrigos. Ahora quedan pocas hojas en los árboles, y una de ellas ha venido volando sin darme apenas cuenta hasta mi pequeña libreta, la tengo en mi mano. En mi caminar encontraré un teléfono, seguramente en la 31 street.

-¡Hola! ¿Cómo estás?... aquí son las dos de la tarde, la luna menguante que estás viendo sobre tí dentro de unas horas vendrá a visitarnos a nosotros... la misma luna, la misma noche, siete horas después... dulces sueños amor mío...

En algún lugar de Indiana, martes 2 de Noviembre de 1999

De nuevo estamos en la 80 interestatal, bueno, aquí en la 90-80, son las 6 pm y regresamos por última vez en este siglo desde Chicago -nuestra querida ciudad de los vientos- a New York. Está atardeciendo, bueno, esto era hace cinco minutos, de repente ya está anocheciendo. Atrás hemos dejado la imponente presencia del Sears Tower, un tótem ya para nosotros. Apenas divisábamos sus dos gigantescas antenas hace un rato y nos dábamos la vuelta para despedirnos hasta la próxima vez, cuando nos ha sorprendido un espectacular sol poniente, inolvidable. Una bella despedida mientras escuchábamos la mezcla, que terminamos anoche, de nuestro nuevo disco Live In Chicago... en directo, grabado en el legendario club Martyr´s.

Hey! Hace un momento estaba lloviendo un poco pero de repente la lluvia se ha convertido en nieve... ¡Nieve!... cuando llegamos a New York hubo varias muertes por el calor, durante aquellos días. Solo han pasado tres meses, tres rápidos meses, ahora llevamos la furgoneta llena de abrigos y nieva.

En el tiempo que ha durado esta gira-grabación-etc-etc hemos atravesado en la carretera grandísimas tormentas, una de ellas especialmente intensa y otras dificultades varias. También ocurrieron cosas curiosas, como otro tipo de nubes, pero de insecticida vertido por vehículos y helicópteros en New York. Una extraña especie de mosquito asesino asedió este verano el barrio de Queens, justo donde nosotros estábamos alojados. Y otras curiosidades como el huracán que se acercó a la ciudad de New York a finales del mes de Septiembre, aunque realmente llegó muy mermado de facultades.Pero hacía un siglo que un huracán no amenazaba a los habitantes de la gran manzana.

Sigue nevando, ya es de noche, hoy respetamos los límites de velocidad. En el anterior viaje de ida a Chicago por fin apareció, no sabemos de dónde, un coche de policía y aunque la multa no fue muy importante sirvió para darnos cuenta de que hasta entonces habíamos tenido bastante suerte al respecto. Y es que aquí pasar un par de días en el calabozo es de lo más fácil, depende del policía que te toque en suerte y del Estado (con mayúsculas, aunque también con minúsculas) en el que te encuentres.

Así que hoy vamos más tranquilos. Además no hay prisa, en otros viajes la velocidad estaba justificada para llegar a tiempo de un concierto a otro, entre estas dos grandes ciudades. En una de esas ocasiones fuimos de un tirón del escenario del “Morseland” en Chicago hasta el escenario del “Elbow Room” en New York. 15 horas de viaje aproximadamente, 800 millas sin parar ni a comer. Y otras proezas similares que prefiero no relatar para no desatar una mínima intranquilidad entre nuestros amigos y familiares. Lo cierto es que aquí se circula muy lento, los límites de velocidad son muy estrictos y las carreteras son buenísimas, no pasa nada.

Portada CD Live in Chicago

Chicago ha quedado atrás, regresaremos en el mes de Febrero o Marzo próximo para continuar con la gira. Entonces ya estará sonando en las emisoras el disco en directo que acabamos de grabar. Y además haremos coincidir esta nueva gira con la grabación del nuevo disco en estudio. Tenemos ganas de trabajar en estudio, nuestros tres últimos discos han sido en directo en Zaragoza, Santiago de Cuba y este último en Chicago.

Y no sé qué tiene esta ciudad, es algo misterioso. Teníamos programada esta vez una larga gira que nos había de llevar también a otros estados: California, Arizona, Nuevo Méjico, Texas. Y al final decidimos anular esos conciertos y quedarnos aquí, entre New York y Chicago. Surgieron demasiados asuntos, demasiado interesantes: Se multiplicaron los conciertos cada vez más importantes en New York, acudimos para hacer un par de actuaciones a Washington y a un Festival en Albany. Los medios, incluido el Newsday de New York nos dedicaron su atención, filmamos un video para una nueva canción, varias compañías discográficas nos hicieron propuestas -que estamos valorando actualmente- para un nuevo disco, aparecieron promotores.

Pero ¿Y Chicago? Allí todo ha sido un sueño, allí se sitúa oficialmente nuestra oficina para EE.UU., allí actuamos dos veces en el gran Aragon Ballroom junto a Jaguares (exCaifanes) ante 7000 personas y con Fabulosos Cadillacs ante 5000. También grabamos tres canciones en inglés y español con el productor Jack Letourneau en los estudios Paragon, el mismo sitio donde han grabado los Rolling Stones o Michael Jackson por ejemplo. Y además de otras actuaciones allí, hicimos una en el club Martyr´s que fue grabada también por Jack en directo y que estamos escuchando en este preciso momento, será nuestro próximo disco “Live in Chicago”.

Nuestro futuro sin duda alguna tiene como punto de referencia Chicago, nuestro centro de gravedad se ha trasladado unos cuantos miles de kilómetros. Es como si hubiera un extraño imán de almas en su subsuelo que te atrapa, que no te deja alejarte de allí, poco a poco esta ciudad te envuelve, te enamora. La gente es intensa, hay fuerza en sus miradas.

En el downtown todo es limpio, los enormes rascacielos, las aceras, las calzadas, el metro que en este caso, a pesar de su nombre “Subway” circula la mayor parte del tiempo sobre las calles, por encima de los automóviles, al ras de las ventanas, facilitando la visión del interior de los más diversos lugares, casas, oficinas.

Desde el Subway se respira un mundo mágico, se penetra en el interior de la vida de esta ciudad. La mirada se va introduciendo en tiendas, despachos, salones de viviendas de todos los tipos y tamaños. Las personas se mueven tras las ventanas atentas a sus asuntos, ajenas a este traquetear del tren que va recorriendo su camino sin pudor entre las vidas de las gentes. Es maravilloso.

En el downtown incluso los más antiguos edificios tienen aire futurista, o al menos es una impresión mía. Incluso la actitud de las personas en las calles. Todo está ordenado, aséptico, pero maravillosamente aséptico, porque se percibe en el interior de las personas, en el fondo de los lugares y las cosas una fuerza inquietante, misteriosa, se respira magia y además es especial, solo posible ahora, en este fin de siglo. En Chicago se respira el año 2000 pero de forma natural. Sin proclamas ni celebraciones. En Chicago realmente es el año 2000.

Incluso el lago que baña esta ciudad es misterioso, sus olas de agua dulce, sus playas como un mar, la gente haciendo footing en las orillas especialmente diseñadas para ir corriendo, o en bicicleta y allí a unos metros los enormes rascacielos. En Chicago todo es normal, quiero decir, que la mayor de las locuras y lo que en muchísimos lugares en el mundo serían extravagancias, es normal.

Amamos Chicago. Allí hemos tenido la oportunidad de encontrarnos en la calle con dos de sus personajes más pintorescos y adorables. Uno es Gustavo, un joven mejicano con trabajo estable y que dedica todo el resto del tiempo a conversar y transmitir un mensaje francamente sincero y lleno de paz y comprensión a todos los que encuentra a su paso. Gustavo se viste con túnica blanca, lleva una cruz de aproximadamente metro y medio con él y se hace llamar Jesús en esos momentos en que ejerce como tal. Y con su barba y su melena, tal y como se pinta en los cuadros a su mentor, se dedica a repartir estampitas llenas de buenos y sanos deseos entre la gente. Fue un verdadero placer conversar con él, además es un gran amante de la música, del rock en especial y nos conocía. Por supuesto ya tiene nuestro anterior disco editado recientemente en EE.UU. "Live Noches con Sol".

Y una mañana nos encontramos con “Hi”, con unos bermudas, un gran cartel con su seudónimo “Hi”, un gorro con un ventilador y una enorme sonrisa. Hi dedica todo su tiempo, menos su tiempo de trabajo como ejecutivo en una gran empresa, a pasear por las calles saludando a todo el mundo, diciendo ¡Hi! -hola- a todo el mundo con una gran y sincera sonrisa.

Chicago ya es nuestra ciudad, pero no especialmente por estos breves retazos que aquí cuento, no. Y ni siquiera es solamente por el aspecto profesional que sin duda es determinante para que tengamos esta sensación. Simplemente allí nos encontramos como en casa sin un por qué determinado, aunque sin duda es la gente la que hace a las ciudades y en este caso es que también hemos encontrado allí grandes amigos. Una familia, al fin y al cabo, compuesta por amigos vivos, intensamente vivos y que hacen vivir. Y ahora vamos camino de New York, no nos sentimos tristes porque muy pronto regresaremos ¡Hasta pronto!.

En N.Y.C. haremos dos actuaciones de despedida en los dos lugares que han sido para nosotros importantísimos en esta gira: la cuarta actuación en “Lakueva” el día 5 y la tercera en el “Elbow Room” de Manhattan el día 7. Y el lunes día 8 regresaremos a España. Allí tenemos seres queridos que nos esperan, nuestras familias. Si no fuera por esto nos sentiríamos extraños, muy extraños al marcharnos de aquí, sin duda nos preguntaríamos ¿Por qué? ¿Why?

Aunque lo cierto es que tenemos la sensación de que vamos a España de vacaciones y eso hace que lo veamos todo de otro color. El amor que se extraña tanto en la distancia, amigos y después de tanto tiempo: familias, paellas, fiesta, el barrio, bares de barrio, España al fin y al cabo ¿No?.

Acabamos de dejar atrás el estado de Indiana, la nieve poco a poco ha dejado paso a una fina lluvia que nos acompaña. Estamos en el estado de Ohio. La batería del ordenador avisa, tengo que desconectar.

Pennsylvania, miércoles 3 de Noviembre de 1999

Son las 6:38 am, está amaneciendo, las nubes en el este son rojas, acabamos de pasar el cartel de Danville. Recuerdo que comencé a escribir sobre el primer viaje a Chicago justo aquí, entonces era verano.

El viaje de hoy ha sido algo complicado. En el estado de Ohio, a la altura de Cleveland ha comenzado de nuevo a nevar. A medida que transcurrían los kilómetros la nieve caía cada vez más intensa hasta convertirse en una verdadera tormenta invernal. Se ha formado un túnel blanco frente a nosotros en la oscuridad de la noche, camiones detenidos en la cuneta, hasta que hemos llegado a la altura del pequeño restaurante "Family Dining"en el que paramos hace ahora casi un mes en el camino de ida. Allí nos hemos detenido a cenar algo y a cargar la batería del ordenador en torno a las 12 de la noche.

Y al salir todo estaba blanco, la tormenta aún más intensa si cabe. Hemos continuado el viaje y bajo la nieve hemos recorrido millas y más millas, tenemos que llegar hoy a New York y no podíamos arriesgar a tener que quedarnos parados a mitad del camino. Al final, bien avanzado el estado de Pennsylvania, las nubes se han abierto descubriendo una fina luna menguante y estrellas, por fin estrellas. Y Chicago ha quedado atrás, muy atrás.

Esta última semana en Chicago, hasta ayer mismo, la temperatura ha sido sorprendentemente cálida, hoy la nieve nos ha dicho adiós, o hasta pronto. Finalmente tampoco ha sido un trayecto peligroso, la nieve no se ha llegado a congelar ¿Qué es eso? Un ciervo muerto en la cuneta, en todos los trayectos al menos hemos visto cuatro o cinco ciervos muertos, una pena.

Una carretera intensa, emocionante, mágica que forma parte ya de nosotros, o tal vez seamos nosotros los que formamos parte de ella. Ya es completamente de día, el bosque interminable a los dos lados de la carretera que a la ida era una verdadera sinfonía de colores ocres, anaranjados, ahora es de árboles completamente desnudos, de ramas quebradizas y troncos que dejan entrever un tupido manto de hojas en el suelo. Dan ganas de bajar y correr y dejarse llevar por estos últimos momentos en esta querida carretera. Otro ciervo muerto en el otro lado, voy a apagar el ordenador, otro ciervo muerto, otro más y más adelante ¡No puede ser! Un oso negro también muerto en la carretera. Nunca habíamos visto... increíble, la muerte forma parte de la vida ¿No?

El invierno se acerca deprisa, el ciclo se repite, la muerte dejará paso a la vida, algo se va, algo llega, hoy es un paisaje melancólico, lo hemos visto transcurrir, variar en el tiempo, lo llevamos dentro de nosotros, ahora nos despedimos de él y en algún modo también este querido paisaje se despide de nosotros postrando la muerte a nuestro paso, la realidad, el misterio. Ya se intuye el mar a nuestro frente, no sé porqué pero ya se nota, es solo una sensación, o quizá una emoción. Estamos 800 millas más cerca de España. Dentro de un par de horas tan solo nos separará de la península el océano Atlántico.

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