CASA EMILIO
Esta mañana hemos despedido en el Cementerio de Torrero de Zaragoza a Emilio Lacambra. Allí estaba reunida su familia, amigos y conocidos como es mi caso. En su inmensa mayoría gente ya muy mayor, pertenecientes a una generación que poco a poco va despareciendo, gentes que hicieron posible la democracia en España, gente que padeció las penurias del franquismo y que luchó para que hoy todos vivamos en este país de libertades, donde se trata de que todos tengamos las mismas oportunidades ante la vida, gentes que como Emilio lucharon para que hoy todos tengamos los mismos derechos. Una tarea difícil por otra parte, una utopía quizá, porque el poder del dinero es el que hace que haya quienes lo tengan todo mucho más fácil, pero al fin y al cabo una utopía que muchos antes persiguieron y por la que muchos se dejaron la vida. Hace tan solo unos días, en estas últimas elecciones, Emilio Lacambra hizo que le llevaran a votar postrado en una camilla.
Quizá haya muchos adanistas jovenzuelos o semijovenzuelos que crean que son ellos los que han traído de la mano ideas que tratan de que todos seamos libres e iguales, que creen que son los inventores de la defensa de los desfavorecidos o de las minorías, que crean y proclamen que hasta que han llegado ellos esto era un erial infame. Bueno, imagino que a las gentes que en nuestra transición se dejaron la piel en defensa de la libertad esto es algo que no debe de sentarles muy bien, a mí desde luego - y yo no pertenezco a esa admirable generación, aunque sí lo viví y muy intensamente siendo un adolescente- no me sienta bien, esa es la verdad. Hay cosas en las que solo puedo reafirmarme y más al tener la oportunidad de compartir momentos como el que he tenido la oportunidad de vivir hoy en la despedida del buen Emilio.
Emilio Lacambra ha sido el dueño del Restaurante “Casa Emilio” que lleva abierto al público de generación en generación 84 años. Pero Emilio ha sido muchas otras cosas. En su casa no solo se sirvieron buenísimas comidas y cenas, muy asequibles y hasta compartidas en muchas ocasiones con quienes no tenían con qué llevarse nada a la boca, sino que allí se cocinó una parte importante de aquella lucha clandestina previa a la transición y lo que es también muy importante y a mí me toca de lleno, una parte del despertar cultural de esta tierra desde aquellos años difíciles hasta la actualidad: Allí se organizaron las primeras fiestas democráticas en Zaragoza; allí se fraguaron muchos de los primeros conciertos de aquellos cantautores de la época en los años 70, algunos de los cuales el mismo Emilio se encargaba de organizar, incluso allí surgió un primer sello discográfico aragonés y tantas cosas más, algunas de ellas de la mano del mítico locutor de la radio en Aragón Plácido Serrano, que fue gracias a quien yo tuve la fortuna de conocer a Emilio.
Durante muchos años Plácido Serrano realizó desde “Casa Emilio” su programa de radio “Café con Pólvora”, un programa de tertulia por donde pasaron importantes personajes de todos los ámbitos sociales y culturales no solo aragoneses sino de toda España. Y por fortuna, a mediados de los años 80, allí estuve yo durante muchos viernes en los que Plácido me invitaba a acudir a su programa y así contar muchas de mis aventuras musicales que llamaron su atención, como aquella primera grabación que Distrito 14 hicimos en Alemania. Y aquello finalmente se convirtió casi en una colaboración habitual durante un tiempo en que Plácido me convirtió en portavoz de la nueva música que se hacía en Zaragoza y en Aragón dada mi actividad también en aquellos años como productor y promotor musical, faena en la que me metí de lleno ante la falta de expectativas que había en esta tierra, creando lo que entonces denominé “Producciones del Desierto”.
Fueron unos viernes inolvidables en “Casa Emilio”, en compañía de Emilio y en la compañía de mi amigo Plácido y de otros personajes importantes en la cultura de mi tierra, como por ejemplo y en lo que se refiere al mundo del cine es el caso de mi buen amigo Luis Alegre, allí le conocí también, en el “Café con Pólvora”. Yo era tan solo un chaval, y aquello me conectó de lleno con gentes de aquellas, con aquella estirpe de personas que todo lo habían hecho posible desde la lucha sin cuartel, desde la nada, gentes que todo lo tuvieron que inventar y construir.
“Casa Emilio” siempre fue más que un restaurante, desde siempre allí se han reunido personas importantes de la cultura de mi tierra, fue el refugio de José Antonio Labordeta o del escritor Félix Romeo por ejemplo y por mencionar tan solo a dos entre los tantos que ya nos dejaron. Y entre tantas tertulias, fiestas y reuniones allí he tenido la fortuna de estar yo en algunas en estos últimos años, invitado por Luis Alegre. Creo que son las únicas reuniones o fiestas donde he acudido en este tiempo en que tan poco me he prodigado, pero ante la llamada de Luis Alegre para acudir a Casa Emilio no he podido resistirme, allí he acudido a compartir un rato formidable en compañía de tantos que aprecio en todos los ámbitos de la cultura y por supuesto, lo primero que encontraba al llegar era la sonrisa y el saludo de Emilio, el mismo que me sorprendió cuando yo tenía tan solo 21 o 22 años al abrirme el libro donde firmaban todos sus invitados ilustres para que yo lo firmara también, ahí al lado de tantas personas importantes que a lo largo del tiempo pasaban por allí. Ese reconocimiento lo llevo grabado en el alma desde entonces, porque no es lo habitual en esta tierra dura en la que habito y por eso hoy no podía faltar a su despedida.
No se si tengo alguna foto en compañía de Emilio, las fotos son un asunto del que jamás me he preocupado. Seguramente existirá alguna por ahí, pero bueno, al menos ahora no he encontrado ninguna que poder mostraros, así que no se me ocurre una mejor manera de homenajearle que poneros aquí una de las canciones de mi primer disco en solitario titulada “Nuestra Libertad” que toqué en la última ocasión que estuve en Casa Emilio hace tan solo unos meses. En aquella ocasión –como siempre- Luis Alegre me lio para que cogiera la guitarra y tocara allí a pelo para todos los que allí nos reunimos, incluidos Emilio y el equipo tan maravilloso que le rodeaba y a quienes él trataba como si fueran su propia familia. Llevo unos cuantos años dedicado a la composición y a la escritura, pero retirado de las actuaciones en directo. No he actuado con mi repertorio tampoco en privado. Excepto en un par de giras que hice fuera de España en 2017 y 2018 creo que las únicas veces que he tocado en directo canciones mías en un montón de tiempo ha sido de este modo improvisado en alguna reunión en “Casa Emilio”.
Con mi inmenso respeto y admiración va por ti Emilio.
Mariano Casanova
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