PASEOS ILUMINADOS
Por poco, casi no llego. La exposición de Paco Simón en La Lonja “Paseos Iluminados” se inauguró el pasado octubre. No pude ir a la presentación por encontrarme fastidiado de salud esos días. Además, cada semana viajo a Madrid. Eso hace que no llegue ni a un mínimo de cosas que me gustaría hacer aquí en Zaragoza. Así que se me ha pasado el tiempo sin darme cuenta.
Hace unos días, gracias a una imprescindible cena de Navidad organizada por Luis Alegre, donde cada año tenemos la oportunidad de reunirnos gentes del arte y la cultura de nuestra tierra, me encontré con Paco Simón. Así que le conté que aún no me había podido acercar a su exposición en la Lonja y me avisó de que sólo está hasta el 5 de enero. No lo podía creer, creía que iba a estar más tiempo, pero no, me dijo que no. La verdad es que me enfadé mucho conmigo mismo por mi despiste y por fin hoy he ido a verla. Menos mal, jamás me hubiera perdonado a mí mismo perderme una exposición como ésta, donde se recoge obra de toda su carrera hasta el presente. Por supuesto estuve en su anterior exposición hace unos años en el Paraninfo, buenísima, pero es que ésta es un recorrido por todas sus épocas hasta hoy mismo, hasta el presente, o hasta el futuro, ya que un puñado de las obras que se exponen las ha hecho ex profeso para esta muestra, así que es una exposición totalmente viva y además una antología en todos los sentidos, de su obra y de su vida. Prácticamente 60 años de carrera, porque expone un cuadro que hizo a la edad de 11 años, y que por cierto no me parece obra menor, no es una anécdota, es importante.
Qué maravilla, no he podido evitar emocionarme y sentirme muy afortunado a cada paso en esta exposición en tan magnifico lugar. Qué bien haber coincidido en el tiempo con un artista como él, haber tenido la oportunidad de conocerle, e incluso que en su día se prestara gentilmente a colaborar artísticamente en uno de mis proyectos. En 1985 preparó todo un fondo de escenario para una actuación en el Rincón De Goya que hicimos Pécora Jarris, grupo que formamos en un intervalo de Distrito 14. Toda una época esa para mí de experimentación e intenso aprendizaje. Y, por si fuera poco, Paco Simón me hizo un regalo artístico por el que siempre le estaré agradecido, un regalo con toda una historia posterior que tengo pendiente de contarle algún día, porque es, en fin, increíble.
El caso es que, a medida que iba viendo su gran exposición y me maravillaba con su evolución artística no podía dejar de recordar. Venían imágenes a mi mente del tiempo en que le conocí gracias a buenos amigos en común, como nuestro querido y recordado Juan Ramón, bajista de aquél grupo Pécora Jarris, a quien tanto echo en falta. O Chema y Pedro Peralta, a quienes yo tanto admiraba de chaval y en aquellos tiempos se convirtieron en mis amigos para siempre. Fueron unos momentos, aquellos de mediados de los 80, de gran descubrimiento para mí de todo cuanto acontecía artísticamente en la ciudad, sobre todo en lo que se refería a esta generación anterior a la mía, que me llevaba unos diez años más o menos, como es el caso de Paco Simón. Cómo olvidar las veces que pude estar con él en su estudio de la calle Juseppe Martínez. Para mí era toda una oportunidad respirar ese ambiente, era como entrar en un templo, bueno, es que lo era. Y las conversaciones con él sobre música. Paco Simón siempre iba por delante, él era, yo creo, uno de los exponentes más claros de la modernidad en esta ciudad y además todo un melómano. Recuerdo cómo me contaba que siempre trabajaba en sus cuadros acompañado de música y que en aquellos momentos andaba escuchando mucho, entre otros, a The Residents.
Luego la vida durante años no nos hizo coincidir. Distrito 14 me ocupó durante muchos años 24 horas al día sin volver la vista atrás. Pero volviéndola hoy, después de tanto tiempo, me doy cuenta, que aún en la distancia, Paco Simón y yo coincidimos en muchas cosas sin saberlo. Su devoción por Miles Davis que siempre fue la mía también. Él le conoció personalmente, le vio bastantes veces en directo, yo le vi tres y me siento el más afortunado del mundo, porque ver a Miles Davis delante de ti, evolucionando sobre un escenario, es la experiencia que he tenido más cercana a estar en presencia de Dios. También entre otros muchísimos es muy aficionado a David Bowie y yo, en fin, qué decir, crecí escuchándole y esta vez fui yo quien tuvo la oportunidad de conocerle en persona, y no solo eso, Distrito 14 tuvimos la suerte de abrir dos de sus conciertos.
Y hay otra cosa que también nos unió sin saberlo, New York. Él estuvo viviendo unos años allá y nosotros estuvimos también unos años sin parar de viajar allí y pasar largas temporadas actuando. Debimos coincidir en Nueva York sin saberlo. En mi vida aquella ciudad es imborrable, se me caen las lágrimas de emoción cada vez que voy. Y seguro que para Paco Simón ha significado mucho. Yo si algo sentí allí fue reconocimiento, algo que de verdad necesitaba en aquellos momentos y que me dio la fuerza para seguir adelante en la música toda la vida.
En fin, muy emocionante ver desplegada ante mí una significativa muestra del trabajo de toda la carrera de Paco Simón y ver que sigue adelante, sin dejar de evolucionar, de aprender, y así creo que él seguirá, como yo también espero seguir, hasta mi último día.
Por favor, quienes no hayáis ido a La Lonja a ver esta maravilla corred, no os lo perdáis, solo tenéis de tiempo hasta el 5 de enero. Paco Simón es uno de los grandes, de los grandes de verdad.
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